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Inteligencia Artificial en las Compras del Sector Eléctrico: Eficiencia, Transparencia y Transformación Digital

El estado actual: burocracia y lentitud en las compras de las empresas eléctricas.

En muchas empresas eléctricas y utilities, el proceso de compras y licitaciones públicas sigue siendo altamente burocrático y lento. Expedientes en papel, revisiones manuales y múltiples aprobaciones atrasan la adquisición de bienes críticos (vehículos, transformadores, equipos) y obras de infraestructura. Esta lentitud tiene un impacto directo en la operación: proyectos demorados, mantenimientos postergados y recursos ociosos esperando autorización. Por ejemplo, en varias empresas del sector eléctrico de Argentina se han reportado que algunos procesos de licitación duran hasta más de ocho meses en tramitarse, algo insostenible cuando las necesidades operativas son urgentes.

Cuánto tiempo pierde su empresa en trámites de compra actualmente? ¿Puede el negocio permitirse esperar casi un año para obtener equipamiento esencial? 

La realidad es que, en pleno auge de la transformación digital de energía, estas demoras no solo frenan la expansión de las redes sino que también encarecen costos y reducen la competitividad.

Problemas comunes:

  • Exceso de trámites manuales: La gestión tradicional exige recopilar, sellar y archivar documentos físicamente, generando duplicación de tareas y riesgo de extravío.
  • Falta de trazabilidad en tiempo real: Es difícil saber exactamente en qué etapa está cada compra. Esto opaca la transparencia e impide una intervención temprana ante cuellos de botella.
  • Demoras prolongadas en evaluaciones: Equipos de compra sobrecargados tardan semanas o meses revisando propuestas extensas. Mientras tanto, las obras se retrasan y las necesidades operativas se agudizan .
  • Riesgo de errores y subjetividad: El manejo manual conlleva errores humanos (omitir cláusulas, cálculos mal hechos) y puede abrir la puerta a decisiones influenciadas por sesgos o presiones externas, algo especialmente sensible en licitaciones públicas.

Estas ineficiencias evidencian la urgencia de modernizar las compras. La buena noticia es que existen soluciones tecnológicas – automatización de compras , plataformas de e-procurement, inteligencia artificial para energía, etc. – que pueden atacar directamente estos problemas. La pregunta clave es: ¿Estamos dispuestos a transformar digitalmente nuestros procesos de compra para superar estas barreras?

Beneficios de incorporar IA: trazabilidad, imparcialidad y agilidad

Implementar inteligencia artificial en las compras públicas del sector eléctrico puede ser un catalizador de eficiencia y transparencia. A diferencia de los procesos tradicionales, un sistema basado en IA (posiblemente parte de un software para utilities o una solución de desarrollo de software a medida para la empresa) puede automatizar tareas repetitivas y analizar grandes volúmenes de datos en segundos, aportando ventajas tangibles:

  1. Dramática reducción de tiempos: Muchas tareas que antes tomaban días ahora pueden completarse en minutos. Un estudio reciente indica que una empresa promedio tarda 4 a 5 semanas en estructurar una oferta compleja, mientras que con IA este proceso baja a solo 3-5 días. De hecho, compañías que adoptaron estas herramientas lograron hasta 70% de reducción en el tiempo de preparación de licitaciones, acelerando adjudicaciones sin sacrificar calidad. Menos tiempo invertido en trámites se traduce en proyectos iniciando antes y en ahorros operativos.

  2. Mayor trazabilidad y transparencia: La IA registra cada paso y decisión en la plataforma, creando un rastro claro de qué se evaluó y bajo qué criterios. Esto facilita la auditoría y la gobernanza del proceso (fundamental en entornos regulados y para reguladores eléctricos que exigen rendición de cuentas). Herramientas modernas incluso detectan irregularidades o posibles riesgos de corrupción automáticamente, optimizando la trazabilidad y garantizando prácticas imparciales. La imparcialidad del algoritmo asegura que todas las ofertas sean comparadas bajo las mismas condiciones, eliminando favoritismos y subjetividades.


  3. Imparcialidad y objetividad en la evaluación: Al definir previamente los criterios de adjudicación (técnicos, económicos, de cumplimiento), un sistema de IA evalúa cada oferta contra esos parámetros de forma uniforme. Esto elimina sesgos humanos conscientes o inconscientes. La máquina no tiene preferencias: una vez alimentada con las especificaciones del pliego y las propuestas recibidas, calificará cada propuesta según méritos objetivos. Además, la IA puede integrar datos de desempeño histórico de proveedores, métricas de sostenibilidad ESG u otros factores relevantes, asegurando que la selección del proveedor no solo cumpla con el precio más bajo sino con el mejor valor integral para la empresa.

  4. Reducción de errores administrativos: La automatización minimiza los errores de forma drástica. Donde antes era común saltarse un documento adjunto o calcular mal una fórmula en una hoja de cálculo, ahora el software verifica automáticamente la integridad de cada oferta y realiza los cálculos sin equivocaciones. Se han observado reducciones de hasta un 90% en errores documentales al aplicar IA en licitaciones. Esto no solo evita potenciales impugnaciones o rehacer trabajos, sino que mejora la calidad de las decisiones al basarse en datos correctos.

  5. Optimización de costos y mejores resultados: Con algoritmos de machine learning, es posible analizar escenarios complejos de costo-beneficio. Por ejemplo, la IA puede estimar el costo total de propiedad de un equipo eléctrico considerando su precio, eficiencia energética, mantenimiento y vida útil – algo que manualmente es difícil de hacer oferta por oferta. Asimismo, modelos predictivos pueden sugerir ajustes de precio o evaluar la probabilidad de éxito de cada propuesta. El resultado son decisiones de compra más informadas que logran el equilibrio óptimo entre costo, calidad y riesgo. No es casualidad que organizaciones que integraron IA en compras hayan aumentado sus tasas de adjudicación en más de un 30% al elegir mejor a sus proveedores


Estos beneficios se reflejan en casos concretos. Plataformas inteligentes ya están activas: desde soluciones internas desarrolladas por un partner estratégico IT para una utility, hasta startups especializadas que ofrecen servicios tecnológicos para energía. Incluso tareas previas a la licitación, como la redacción del pliego, pueden agilizarse: con IA, el tiempo de elaborar un pliego se redujo en un 60% en instituciones que adoptaron estas herramientas. Imaginemos por un momento ese nivel de agilidad aplicado de extremo a extremo. ¿Qué significaría para su empresa recortar a la mitad (o más) el tiempo y el esfuerzo dedicados a cada compra? Seguramente, un área de compras más estratégica y menos operativa, capaz de enfocarse en agregar valor y no solo en trámites.

Recibí el ejemplo del caso práctico

Conclusión
Revolucionando las compras en las empresas eléctricas: La era de la IA ya comenzó.

Un proceso de compras ágil e imparcial se traduce en proyectos ejecutados a tiempo, en una mejor relación con proveedores y en un uso más eficiente del presupuesto (evitando sobrecostos por demoras o por decisiones subóptimas). Reflexión final: ¿Seguirá su organización lidiando con expedientes polvorientos y decisiones tardías, o dará el salto hacia la optimización de compras eléctricas mediante la IA? La invitación al gerente general y al gerente de compras es a cuestionar el status quo: identificar cuellos de botella específicos, informarse de las soluciones disponibles y atreverse a pilotear alguna iniciativa de automatización. Tal vez eso implique apoyarse en servicios tecnológicos para energía brindados por expertos, o en desarrollar software a medida que se integre con los sistemas existentes de la empresa. En cualquier caso, la clave está en actuar. La digitalización del mercado eléctrico y de sus operaciones internas es un hecho inevitable. Aquellos que abracen estas herramientas podrán convertir sus áreas de compras en un factor de innovación y ventaja competitiva, mientras que quienes no lo hagan corren el riesgo de quedarse atrás.